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Las fábulas

Las fábulas han sido útiles para el aprendizaje de valores y ética desde la infancia. Se debe tener en cuenta que nuestros niños están conociendo el mundo y todo alrededor llama su atención, por lo que es necesario llegar a ellos de una forma vistosa, atractiva y asertiva. La fábula, es un poderoso recurso, un excelente método de enseñanza para la formación y educación porque fomentan los valores, el desarrollo de la imaginación, habilidades relacionadas a la creatividad, el discernimiento. En su forma tradicional, se sintetiza al final de la narración en una moraleja. Es una buena excusa para promover la lectura en edades tempranas. haciendo uso de sus atractivos personajes, sus llamativos contextos e historias, mostrando la lectura como una fuente de conocimiento, de placer, dando ese toque del sentido de aventura… aptitud del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales. Áli Nicolaás

martes, 26 de diciembre de 2023

 La vieja y astuta zorra estaba decepcionada. Durante todo el día había merodeado tristemente por los densos bosques y subido y bajado a las colinas peró ¿De qué le había servido? No hallaba un solo bocado, ni siquiera un ratón de campo, se estaba sintiendo tan vacía por dentro que casi no podía pensar en otra cosa, llegó a la conclusión de que nunca había tenido más hambre en su vida. Además, sentía sed, una sed terrible. Su garganta estaba reseca. En ese estado de ánimo. dio la vuelta a un muro de piedra y se encontró con algo que le pareció casi un milagro. Allí frente a ella, había un viñedo lleno de racimos de frescas y deliciosas uvas, que sólo esperaban que las comiesen. Eran grandes y jugosas e impregnaban el aire con su fragancia. La zorra no perdió el tiempo Corrió, dio un salto y trató de asir la rama más baja, con sus hambrientas mandíbulas ¡pero no llegó a alcanzarla! Volvió a saltar, esta vez a una altura algo mayor, y tampoco pudo atrapar con los dientes una sola uva. Cuando fracasó por tercera vez, se sentó por un momento y, con la reseca lengua colgándole, miró las docenas de ramas que pendían fuera de su alcance. El espectáculo era insoportable para una zorra famélica, saltó y volvió a saltar, hasta que sintió mareos. Necesitó mucho tiempo pero, por fin comprendió que las uvas estaban tan fuera de su alcance... como las estrellas del cielo. Y no le quedó más recurso que batirse en retirada. -¡Bah! -murmuró para sí- ¿Quién necesita esas viejas uvas agusanadas? Están verdes... sí, eso es lo que pasa. ¡Verdes! Por nada del mundo las comería. -¡Ja, ja! dijo el cuervo, que había estado observando la escena desde una rama próxima- ¡Si te dieran un racimo, veríamos si en verdad las uvas te parecían verdes!
Moraleja: Hay que esforzarse para conseguir lo que se desea, con meta definida y herramientas adecuadas para no decepcionarse en el intento...








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