-Puede que seas veloz como el viento, pero yo te
ganaría en una competencia.
Y la liebre, totalmente segura de que aquello era imposible,
aceptó el reto, y propusieron a la zorra que señalara el camino y la meta.
Llegado el día de la carrera, arrancaron ambas al
mismo tiempo. La tortuga nunca dejó de caminar y a su lento paso pero
constante, avanzaba tranquila hacia la meta. En cambio, la liebre, que a ratos
se echaba a descansar en el camino, se quedó dormida. Cuando despertó, y
moviéndose lo más veloz que pudo, vio como la tortuga había llegado de primera
al final y obtenido la victoria.
Moraleja: Si identificas tu potencialidad en las competencias, en los
retos, y la pones en práctica, seguro triunfarás...
"Vi a tantas liebres correr sin sentido que aprendí a ser tortuga y apreciar el recorrido"
ResponderBorrarHoy 8 enero 2024 me sorprendió de súbito tú mensaje.... Te sigo amando...♥
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